Capitulo IV: El beso

(dale al play antes de leer)



Ya estaba cursando el ultimo ciclo de universidad, las cosas definitivamente ya habían cambiado demasiado en ese año, Diana ya me estaba poniendo fecha de boda mientras yo dudaba en casarme o no con ella, era justo para ella y era el premio a su esfuerzo por haberme aguantado tanto; pero ¿yo podía hacerla feliz?,¿la amaba aun?,¿Me había enamorado de Anarox?, durante este tiempo Diana y yo discutimos sobre muchas cosas y me decía que mi carácter no era el mismo, que había cambiado, y siempre me decía "Tienes que cambiar esa actitud, porque así no lo vamos a lograr", Dios que pesada era esa frase sobre mis espaldas, me incomodaba mucho lo que me decía, pero tenia razón.

Me gustaba mucho Anarox, pero no solamente ella; era la forma de ser, mas libre no tan atada; con ella podía ser yo mismo sin que me dijeran que cambiara mi personalidad, no tenia que actuar, podíamos discutir y arreglarlo sin problemas. En todo este tiempo que salia con ella las cosas me eran favorables me tenia mas confianza, hablamos por teléfono, mail y cualquier forma imaginable de comunicación, claro que jamas se entero que Diana existía.

Recuerdo cuando de casualidad la encontré en un concierto en Barranco, tocaba la banda de un amigo y ella estaba allí, yo había ido solo por circunstancias del destino y no la vía hasta cuando acabo el concierto y me acerque a la barra pedí un trago y la vi de espaldas así que susurre a su oído "Hola Bonita, ¿que haces aquí?"; a lo que ella voltio de manera violenta arrojándome su trago en la cara y cuando se dio cuenta que era yo: "Oh!!!!, discúlpame Abel, jajajajaja eso te pasa por galancete" y yo limpiándome el licor del rostro, riéndome y sorprendido por su reacción, la invite a acercarse a mi grupo de amigos, pero ella estaba con unas primas así que tome la decisión mas sabia de la noche; lleve a mis amigos para su mesa y listo se armo el grupo. 

Las cosas iban y venían esa noche Luis ya le estaba entrando a una de las primas de Anarox y Carlos estaba de cacería por el lugar, yo con ella bailando y justo pusieron una salsa para bailar pegados, Anarox me dijo que no sabia bailar, pero le dije no importa yo te enseño y la acerque hacia mi y pude sentir mas de cerca su olor, ya estaba empezando a correr el libido por mi torrente sanguíneo y comenzamos a bailar  y entre las tipicas conversaciones de baile me pregunto "Abel, ¿que es lo que quieres de mi?",  una pregunta directa como ella, estremeció mi sistema nervioso y le dije: "Tu sabes lo que quiero, por eso eres especial", a lo que sonrío complacientemente y me dijo: ¿Y como se que no sera solamente esta noche? a lo que respondí de manera sincera y le dije, me gustaría que fuera siempre. La mire fijamente a los ojos y ella a los míos, baje la mirada a sus labios y la bese en medio de la pista de baile, bajo la atenta mirada de Luis, Carlos y las primas de Anarox. Fue una sensación rara, no era un simple beso; nos apasionamos tanto en ese beso que si hubiera sido inflamable ese piso en donde estábamos seguro se prendía, fue tan especial poder sentir la carnosidad de sus labios sobre los míos, y ese olor tan dulce de su esencia; de verdad que con ese beso me jodí.


Luego de eso solíamos salir mucho, compartir tiempo juntos, de verdad que me sentía otra persona, o para ser mas claro me sentía esa persona que había dejado de ser antes de conocer a Diana, Anarox me daba eso, la confianza de ser yo mismo y no disfrazarme bajos restricciones que me habían puesto. Claro con Diana todo siempre fue igual, trataba de hacerla sentir amada siempre, pero ya estaba podrido de la cabeza, ya no sabia si quería casarme con Diana o quedarme con Anarox.


A todo esto Luis se relaciono con una de las primas de Anarox, Milla ellos se habían conocido el día de esa bendita salida, de ese famoso beso, en una reunión de cofradía recuerdo a Luis diciéndome: "Mi hermano te agradezco por haberme presentado a la mujer de mi vida, si no la hubiera conocido a ella jamas creo que hubiera dejado a Gerald, Yo se por lo que estas pasando tio y debe ser muy dificil, pero no es cuestión de decidir es cuestión de sentir"; si lo hubiera escuchado en ese momento...


CONTINUARA...

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